La discriminación y la desigualdad
En la actualidad, aunque hay leyes y acuerdos internacionales al respecto, la discriminación es una práctica habitual en la mayoría de los países. Muchas veces, los conflictos se inician cuando ciertos grupos, sin tomar en cuenta que todos los seres humanos son iguales, privilegian algunas características – la lengua, el color de la piel, la religión como fundamento parar justificar la inferioridad de otros grupos a los que degradan, dando lugar a fenómenos de discriminación.
La discriminación origina situaciones de desigualdad económica, política, social y cultural. Muchas veces, estas desigualdades se incorporan de tal manera en la sociedad, que creemos que están fundadas en motivos “naturales” cuando, en realidad, obedecen a pautas culturales.
Por ejemplo, durante mucho tiempo, se creyó que las tareas “naturales” de la mujer eran sólo las funciones domésticas, y se consideraba que no podía realizar ninguna otra tarea aparte de éstas. En la actualidad, en la mayoría de los países del mundo se entiende que la vinculación de la mujer con las tareas del hogar es una cuestión cultural, no “necesaria” o “natural”.
Un desafío de las sociedades actuales es construir comunidades basadas en la igualdad de todos sus integrantes. Esto tiene su origen en la convicción de que los seres humanos tenemos que deben ser iguales para todos.
Por encima de las leyes nacionales e internacionales, existe una exigencia moral que lleva a respetar a cada ser humano, con sus derechos y sus deberes, y a facilitarle todo cuanto se le debe como individuo responsable de su propio destino.
Muchas constituciones y normas legales de todos los países del mundo reafirman la igualdad de todos los seres humanos, sin embargo es necesario poner en marcha políticas concretas de promoción y defensa de la dignidad.
La discriminación origina situaciones de desigualdad económica, política, social y cultural. Muchas veces, estas desigualdades se incorporan de tal manera en la sociedad, que creemos que están fundadas en motivos “naturales” cuando, en realidad, obedecen a pautas culturales.
Por ejemplo, durante mucho tiempo, se creyó que las tareas “naturales” de la mujer eran sólo las funciones domésticas, y se consideraba que no podía realizar ninguna otra tarea aparte de éstas. En la actualidad, en la mayoría de los países del mundo se entiende que la vinculación de la mujer con las tareas del hogar es una cuestión cultural, no “necesaria” o “natural”.
Un desafío de las sociedades actuales es construir comunidades basadas en la igualdad de todos sus integrantes. Esto tiene su origen en la convicción de que los seres humanos tenemos que deben ser iguales para todos.
Por encima de las leyes nacionales e internacionales, existe una exigencia moral que lleva a respetar a cada ser humano, con sus derechos y sus deberes, y a facilitarle todo cuanto se le debe como individuo responsable de su propio destino.
Muchas constituciones y normas legales de todos los países del mundo reafirman la igualdad de todos los seres humanos, sin embargo es necesario poner en marcha políticas concretas de promoción y defensa de la dignidad.
Efectivamente es necesario poner en marcha políticas concretas para defender la dignidad de los seres humanos.Una de las primeras formas de poner en marcha políticas concretas es el cambio de actitud de cada ser humano. La coherencia es la que va a determinar la equidad.
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