La experiencia familiar y su diversidad
Aunque cada familia es un mundo especial y diferente, en todas ellas se comparte la vida cotidiana, los problemas y satisfacciones son experiencias comunes que pueden unirnos más, si mantenemos el respeto y la armonía entre todos. Cada miembro de la familia es diferente y tiene su propio estilo para enfrentar las cosas; es decir en la experiencia de vivir en familia, vamos aprendiendo a tolerar y respetar las diferentes formas de ser personas.
Cuando hay cariño entre los miembros de una familia, suele suceder que todos se sienten afectados por lo bueno y lo malo que les pasan a los demás. Así por ejemplo, la enfermedad de uno es la preocupación de todos, con ello aprenderemos el valor de la solidaridad.
La mayoría de las experiencias importantes en la niñez ocurren en la familia. La experiencia de ser querido sin condiciones por nuestra familia y poder contar con ella, pase lo que pase, puede ser fundamental para crecer con seguridad y confianza.
Compartir en la familia experiencias gratas y de buen humor ayuda a relajar las tensiones que suelen producirse entre las personas y permite una renovación de energías, cargar las baterías para los momentos difíciles, ya que en la vida familiar suele pasar por períodos de tensión que se deben enfrentar.
Los cambios en la pubertad y adolescencia por los que pasan los hijos e hijas, afectan la antigua organización familiar, frente a lo cual todos deberán encontrar nuevas formas de hacer equipo. La manera en que los miembros de la familia enfrentan estas dificultades y cambios, posibilitará su crecimiento o la estancará.
Las dificultades y cambios familiares también pueden ser oportunidades para fortalecernos individual y grupalmente. De esas situaciones podemos salir más fuertes y unidos.
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